Los pioneros de la luz en La Palma: memoria viva desde la Central de Los Guinchos

El programa especial de COPE La Palma desde la Central Térmica de Los Guinchos no solo se adentra en la tecnología y operativa actual del sistema eléctrico de la isla. También rinde tributo a quienes, sin apenas medios técnicos, sentaron las bases del suministro energético en La Palma. Entre cables, motores y memorias, dos protagonistas iluminan esta jornada con sus historias de vida: Mauro, primer delegado de Unelco en la isla, y Rubén, quien empezó a trabajar en la central con apenas 14 años.

Mauro Fernández: cuando la electricidad dependía de la intuición y el pulso humano

Hoy, a sus años, Mauro conserva la serenidad de quien ha vivido toda una vida profesional dedicada a que en La Palma se hiciera la luz. Fue el primer delegado de Unelco en la isla y vivió en primera persona una época en la que mantener el sistema eléctrico en pie era casi una proeza diaria.

“Trabajábamos sin tecnología. Todo era manual. No había ordenadores, ni sensores, ni nada parecido. Era todo a base de oído, de tacto, de saber leer lo que pasaba con solo ver cómo parpadeaban unas luces o vibraba una pieza”, recuerda.

De aquella etapa pionera conserva infinidad de anécdotas, pero una de ellas le marcó especialmente: una tormenta dejó sin luz al norte de la isla y, en plena madrugada, recorrieron pistas embarradas con linternas para cambiar un transformador averiado.

“Cuando lo conseguimos y vi cómo las luces se iban encendiendo casa por casa, fue como ver un mapa de estrellas sobre la tierra. Eso no se olvida”, dice con emoción.

Rubén López: de niño de 14 años a formador de generaciones

A Rubén lo recordaban antes incluso de pronunciar su nombre. En la Central de Los Guinchos, su trayectoria es parte del ADN de la instalación. Empezó con solo 14 años, sin apenas estudios, pero con un deseo férreo de aprender.

“Aquel primer día fue impactante. Todo era enorme: los motores, los cuadros, el ruido. Pero no me asusté. Me puse a observar, a escuchar, a preguntar… y poco a poco fui entendiendo cómo funcionaba todo esto”.

Con el tiempo, sin estudios técnicos pero con una mente despierta y muchas horas de trabajo, ascendió hasta convertirse en cuadrista, el operario encargado de manejar los cuadros eléctricos desde los que se controla toda la distribución. Un puesto de gran responsabilidad, donde un error puede dejar a toda la isla sin suministro.

Además, Rubén se convirtió en un formador clave para nuevas generaciones de trabajadores. Entre ellos, un joven José Antonio Melián, que acabaría dirigiendo la central durante 18 años. “Siempre creí que si yo pude aprender sin base, cualquiera con ganas también podía. Solo había que tener humildad y constancia”.

Rubén aún es recordado con afecto por los trabajadores en activo, muchos de los cuales siguen citándolo como un maestro generoso y un referente humano y profesional.


Este programa especial de COPE La Palma no solo muestra cómo funciona hoy el corazón energético de la isla, sino que pone en valor a quienes, con herramientas precarias y mucha vocación, hicieron posible el milagro diario de encender una bombilla. La historia de Mauro y Rubén es la historia de La Palma: una isla que se iluminó a base de esfuerzo, ingenio y compromiso.

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