Juan Arturo San Gil (FAEP): “Decir que La Palma está mejor que antes del volcán es, cuanto menos, imprudente”

El presidente de la Federación de Asociaciones de Empresarios de La Palma (FAEP), Juan Arturo San Gil, lanzó un mensaje de prudencia durante su intervención en la programación especial de COPE La Palma desde las jornadas del proyecto La Palma, destino comercial inteligente. San Gil cuestionó las declaraciones que apuntan a que la isla “está mejor que antes del volcán”, al considerar que la realidad que se percibe en la calle demuestra lo contrario.

“Tenemos que ser más prudentes. La situación actual no refleja esa afirmación. El verdadero termómetro de la economía está en el consumo, en el comercio, en cómo y cuándo abre o cierra un negocio. Eso es lo que marca si estamos mejor o peor”, afirmó.

El dirigente empresarial insistió en que es necesario trabajar unidos y mantener el optimismo, aunque reconoció que el sector atraviesa dificultades: “No es fácil llegar a fin de mes. Solo hay que salir a las calles de Santa Cruz de La Palma o Los Llanos para ver la cantidad de comercios cerrados o que no abren porque no les resulta rentable”.

San Gil destacó el papel que han jugado determinadas ayudas y proyectos en el comercio insular, especialmente el plan de digitalización impulsado con fondos del Gobierno de Canarias, el Cabildo y Sodepal. “Un ejemplo claro es una peluquera que antes llevaba su agenda manual y ahora gestiona sus citas de forma digital, con página web y calendario electrónico. Son herramientas fundamentales para pequeños autónomos que trabajan hasta 14 horas al día y no tienen tiempo para dar ese paso por sí mismos”.

El presidente de FAEP recordó que la mayoría del tejido económico de La Palma está formado por micropymes y autónomos, “no macroempresas”, por lo que la digitalización “se convierte en una ayuda clave para mejorar la gestión y ganar competitividad”.

Sobre la coyuntura tras la Bajada de la Virgen, San Gil señaló que se vive un parón de consumo debido al sobreesfuerzo económico de las familias: “Muchos han tirado de tarjetas o incluso de créditos para mantener el nivel durante las fiestas. Después llegan gastos de colegios y universidades, y los sueldos siguen siendo mileuristas”.

También puso en valor el impacto positivo de medidas puntuales como el programa Bono Bonito, que logró reactivar el consumo tras el volcán. Sin embargo, reclamó más iniciativas de este tipo y una política seria de promoción turística: “Nos enfrentamos a un hecho insólito: en una Bajada de la Virgen no se llegó al 60% de ocupación hotelera. ¿Quién puede venir de la Península cuando a una familia de cuatro le cuesta más de 3.000 euros solo en billetes?”.

En cuanto a la gestión de la reconstrucción, San Gil fue crítico: “Se habla de lo invertido, pero no de lo que falta. No se han publicado con claridad las cuentas del volcán. Casos como el coste de los contenedores, 120.000 euros cada uno, o el dinero gastado en el barco y desaladoras, generan dudas sobre si esos recursos podrían haberse empleado mejor, por ejemplo, en apoyar directamente a agricultores y comerciantes”.

Pese a este escenario, el presidente de FAEP confía en que la temporada de cruceros, con más de 250.000 visitantes previstos, sirva para dar un respiro a la economía local. Y lanzó un mensaje final: “Lo que necesitamos son más herramientas, más promoción y, sobre todo, que se garantice la conectividad a precios asequibles. Porque si no cambiamos el chip, lo vamos a pasar mal”.

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