Jesús Díaz, responsable de Alfa Tango en La Palma: “El volcán nos cogió a todos descolocados”
Cuatro años después del inicio de la erupción del Tajogaite, la memoria de aquel 19 de septiembre de 2021 sigue muy viva en quienes estuvieron en primera línea de la emergencia. En los estudios de COPE La Palma, Jesús Díaz, responsable de Alfa Tango en la isla, rememoró aquellos instantes previos y el inicio de un proceso que marcó la historia reciente de La Palma.
“Fue un impacto brutal en lo que habíamos vivido hasta ahora en emergencias. Creo que nunca se nos va a borrar”, aseguró Díaz, que aquel día se encontraba junto a su equipo desplegado en diferentes puntos estratégicos para apoyar las evacuaciones preventivas. Desde primera hora de la mañana, Alfa Tango ya estaba sobre el terreno, vigilando accesos y colaborando con la Guardia Civil, la Policía Local y Protección Civil.
Recuerda que el ambiente cambió drásticamente en cuestión de minutos. Mientras trataba de atender a una periodista en el conocido bar de Marita, se produjo la primera explosión visible. “Yo no lo vi directamente, fue un compañero el que me tocó y me dijo: ‘mira, mira’. Ahí empezó todo. De repente, lo que parecía una espera tensa se convirtió en el inicio de la erupción”, relató.
Las horas siguientes fueron de máxima tensión. “Fuimos los últimos en pasar por la carretera hacia El Paraíso antes de que la Guardia Civil la cortara. Empezamos a evacuar a la población bajo una lluvia de piedras pequeñas. Había personas mayores, niños… y muchos no eran conscientes de lo que pasaba. Algunos nos decían: ‘tengo tres coches, ¿cuál saco?’”.
Díaz subraya que la dureza de esas primeras evacuaciones convivía con la sensación generalizada de incredulidad. “Mucha gente pensaba que sería un volcán espectáculo, algo que veríamos desde lejos. Pero en cuanto vimos dónde había explotado, nos dimos cuenta del drama: todo lo que había por debajo estaba lleno de población”.
El responsable de Alfa Tango destaca también la importancia que tuvieron la coordinación y las comunicaciones en aquellos días. “La comunicación salva vidas. En una emergencia como esta, no solo se trata de evacuar a tiempo, sino de evitar que quienes intervienen se queden atrapados. Hubo momentos en los que las coladas cambiaban de dirección en cuestión de minutos, y la información en tiempo real fue vital”.
Aun con la experiencia vivida, Díaz reconoce que un volcán siempre es impredecible. “Este nos sorprendió con coladas líquidas muy rápidas. Muchas veces lo que más preocupa no es el volcán en sí, que da señales, sino el pánico de la gente durante la evacuación. Por eso es clave la preparación, las reuniones previas y el trabajo en equipo”.
Cuatro años después, las imágenes de aquel día siguen presentes, pero también la certeza de que el esfuerzo conjunto evitó una tragedia aún mayor. “Lo que hemos aprendido es que la coordinación es fundamental y que, aunque la naturaleza siempre nos supere, el trabajo bien hecho marca la diferencia”, concluyó.




















