Emprender en La Palma: drones agrícolas, logística internacional y comercio local, con la formación como “motor” y la burocracia como “lastre”
La sección Luz Verde, impulsada por la Federación de Empresarios de La Palma (FEDEPALMA) dentro de Herrera en COPE La Palma, reunió este miércoles a tres emprendedores con trayectorias muy distintas, pero con diagnósticos que convergen: sin formación es más difícil crecer, la burocracia sigue frenando y el día a día del autónomo se vive con la sensación de “no poder parar”.
En el estudio participaron Juan Simón Jaime, de AgroDron Canarias; Hugo Ferney Ortega Pérez, de Ferney Logística; y Raquel Concepción Rodríguez, al frente de Zona Vital (ortopedia) y también vinculada a Peluquería EME. Tres sectores —tecnología aplicada al campo, transporte internacional y servicios— para poner voz a una misma realidad: emprender exige horas, constancia y adaptación permanente.
Drones para “ver lo que el ojo no ve” y ahorrar agua
Juan Simón explicó que AgroDron Canarias se presenta como la primera empresa de drones orientada a agricultura en Canarias, tras un proceso largo de certificaciones, permisos y seguros. Su propuesta se apoya en dos líneas de trabajo: un dron de mapeo y diagnóstico —con cámaras capaces de detectar estrés hídrico o enfermedades antes de que se aprecien a simple vista— y otro dron para tratamientos, aplicando el producto “directamente en las hojas”.
Entre los argumentos más repetidos, uno especialmente sensible en la isla: el agua. El sistema, defendió, permite reducir de forma drástica el consumo frente a métodos tradicionales. Y añadió un factor clave para fincas complicadas: en zonas de pendiente o barrancos, donde el trabajo manual entraña más riesgo, “el dron es como un tractor que vuela”. También destacó que la tecnología puede operar en horarios nocturnos, cuando la planta absorbe mejor el producto, algo que —dijo— suele ser más difícil de asumir con cuadrillas.
Eso sí, el principal obstáculo no siempre está en la tecnología: convencer. “Hasta que lo ven, no lo creen”, resumió, recordando demostraciones y charlas con agricultores para romper la desconfianza inicial.
Logística internacional y aduanas: “lo que falta es formación”
Desde Ferney Logística, Hugo Ferney Ortega contextualizó su empresa en una trayectoria de 25 años en el sector y un punto de inflexión personal: tras el cierre de una concesión en 2023, decidió emprender con una firma enfocada sobre todo a importación, exportación y proyectos de logística internacional, con actividad también en otras islas y la Península.
Su intervención puso el foco en un problema estructural: el miedo y la confusión con los trámites aduaneros en Canarias, agravados —señaló— por la doble insularidad en La Palma. Para él, el reto no es tanto técnico como cultural: “la gente oye ‘aduanas’ y se asusta”, y por eso se ofreció a impartir formación gratuita para empresas o personas interesadas en vender fuera o traer mercancía con más seguridad.
En el plano económico, dejó una frase que retrata la travesía de muchos negocios nuevos: “hasta el tercero no voy a ser rentable”, explicó, admitiendo que el primer año suele ser especialmente duro, aunque también destacó el papel que pueden jugar subvenciones y apoyos al emprendimiento.
Zona Vital: 10 años de “emprendimiento continuo” y un segundo salto al sector servicios
Raquel Concepción aportó la perspectiva del comercio local y la atención a la dependencia: lleva una década al frente de Zona Vital, una ortopedia que —contó— nació al detectar un hueco y con mucha formación “sobre la marcha”, en un ámbito donde no abunda el personal cualificado y donde el servicio incluye también domicilios, logística y atención personalizada.
En su caso, el emprendimiento se ha convertido en “continuo”: ajustar catálogo, buscar soluciones, coordinar proveedores, y gestionar, además, las complejidades de trabajar con el Servicio Canario de Salud, con tiempos y procedimientos que obligan a tener espalda financiera y paciencia. A esa experiencia sumó su apuesta más reciente en el sector servicios con Peluquería EME, tras detectar una oportunidad de traspaso y plantear un lavado de cara al negocio.
Su mensaje fue claro: el comercio y los servicios han cambiado y hay que “enamorar” al cliente con detalles, ambiente, atención, campañas y comunicación. Y ahí defendió con fuerza el papel de las asociaciones empresariales, por su apoyo en marketing, dinamización y promoción: “por muy poco al mes, te lo dan hecho y te lo llevan a la puerta”, vino a resumir.
Coincidencias: ilusión, sacrificio y un reloj que no se apaga
Con estilos diferentes, los tres invitados coincidieron en lo esencial: emprender tiene recompensas —la satisfacción de ayudar, innovar o mejorar un proceso—, pero también un precio: horarios interminables, presión de gastos, incertidumbre y la sensación de estar “siempre conectado”. Entre bromas, ejemplos y anécdotas, la charla dejó una idea final: la ilusión empuja, pero para sostener un proyecto hacen falta formación, acompañamiento y menos trabas para que el talento local pueda crecer sin perderse entre papeles.




















