Diana Lorenzo celebra el respaldo unánime del Parlamento a su iniciativa para dotar de un aparato de rayos X al centro de salud de Tijarafe
La diputada nacionalista Diana Lorenzo ha conseguido que el Parlamento de Canarias apruebe por unanimidad una proposición no de ley (PNL) para instalar un aparato de rayos X en el centro de salud de Tijarafe. Una medida que, si bien no supone una gran inversión económica, tiene una enorme carga simbólica y práctica para las más de 7.000 personas que viven en la comarca noroeste de La Palma.
“Esto es política útil”, destacó la diputada en una entrevista en COPE La Palma. “No es una inversión millonaria, pero es algo esencial para muchas personas que viven en Garafía, Puntagorda o el propio Tijarafe”. Lorenzo subrayó que la iniciativa no recibió ninguna enmienda por parte de los grupos parlamentarios, lo que demuestra el amplio consenso en torno a una demanda “justa y urgente”.
La diputada explicó que el proceso no ha sido improvisado. Antes de presentar la propuesta, se contactó con los responsables del área de Sanidad en La Palma para verificar que existieran las condiciones técnicas necesarias para instalar el equipo. “El centro de salud de Tijarafe las reúne y espero que pronto podamos ver el aparato en funcionamiento, acompañado de personal cualificado que lo pueda utilizar. Porque no se trata solo de tenerlo, sino de que sea útil”, remarcó.
El aislamiento rural y el reto demográfico
Más allá de lo sanitario, Diana Lorenzo conectó la medida con un problema estructural: el reto demográfico. “Una persona mayor que vive en Garafía y necesita hacerse una radiografía tiene que desplazarse a Los Llanos, con trayectos de más de una hora por carreteras en obras. Y si le dicen que tiene que volver al día siguiente, eso puede significar dos días perdidos, o incluso decidir marcharse a vivir a una zona urbana para estar más cerca de los servicios”, lamentó.
Esa realidad, advirtió, lleva al vaciamiento de las zonas rurales y al colapso progresivo de las áreas urbanas. “Hay que frenar esa dinámica. No se trata solo de atraer población a islas como La Palma, La Gomera o El Hierro, sino de evitar que se vayan los que ya están”, señaló. En este sentido, insistió en la necesidad de establecer una fiscalidad diferenciada para las islas no capitalinas, como ya ocurre en El Hierro, “un buen ejemplo de cómo una medida concreta puede ayudar a fijar población”.
Una política territorial más equilibrada
Lorenzo también defendió la urgencia de mejorar las infraestructuras de transporte y seguridad vial en islas como La Palma. Recordó con pesar el reciente accidente mortal ocurrido en la carretera de Las Húquias, entre Tijarafe y el Valle de Aridane, y pidió que no se espere a nuevas tragedias para actuar. “Necesitamos carreteras seguras. No podemos resignarnos a que vivir en una isla no capitalina signifique tener menos derechos”, afirmó.
La diputada insistió en que el desarrollo de Canarias no puede limitarse a proyectos como trenes o carriles BUS-VAO en Tenerife, ignorando las curvas imposibles de Guarazoca o los baches de Chipude. “No puede haber ciudadanos de primera y de segunda por el simple hecho de vivir en un código postal distinto. Lo he dicho muchas veces: todos los canarios debemos partir de las mismas condiciones, vivamos donde vivamos”, aseguró.
Compromiso con el equilibrio poblacional
En la entrevista, Lorenzo expresó su confianza en que el Gobierno de Canarias impulse próximamente una ley del reto demográfico y la cohesión territorial, que recoja tanto las conclusiones del dictamen del Parlamento como las 51 medidas derivadas de las conferencias de presidentes insulares. “Estamos trabajando para que estas propuestas no queden en papel mojado. Esto no se soluciona con una única acción, sino con una estrategia a largo plazo y sostenida en el tiempo”.
Al concluir, Diana Lorenzo quiso dejar claro que seguirá defendiendo, desde su escaño, la igualdad de oportunidades para todos los canarios: “Yo no dejaré de subirme a la tribuna para recordar que un vecino de Garafía vale lo mismo que uno de Telde, y que vivir en una zona rural debe ser una opción, no una condena”.