Francisco Capote inicia una serie de relatos sobre su vida con animales: “Draque fue mi primer amigo”
El veterinario y biólogo rescata en COPE La Palma los recuerdos más personales de su infancia junto a los animales, empezando por su fiel perro Draque, un pastor garafiano con alma de hermano
El doctor Francisco Capote, reconocido veterinario, biólogo y divulgador científico en La Palma, abrió este viernes en su espacio semanal de COPE La Palma una nueva serie de relatos personales inspirados en su libro La huella de mis animales. Una obra en la que mezcla memoria, afecto y conocimiento, y en la que ofrece una mirada íntima y emocional sobre su vida al lado de distintos animales que marcaron su historia.
En esta primera entrega radiofónica, Capote quiso rendir homenaje a Draque, el perro que le acompañó desde que era un bebé. “En realidad se iba a llamar Drake, pero en aquella época nadie hablaba inglés en La Palma”, bromeó. Draque, un pastor garafiano de pelaje negro con detalles marrones —lo que hoy se denomina melánico—, fue su primer compañero de vida.
“Crecimos juntos”, recordó emocionado. “Él con su ritmo de perro, yo con el mío de niño. Fue mi primer amigo”. Aquel vínculo se reforzó por un curioso gesto de la madre del cachorro, que según relató Capote, volvía cada día desde Santa Cruz hasta su casa para amamantarlo, incluso después de que hubiera sido adoptado por la familia. “Un día hasta le trajo un hueso. Era como si no quisiera soltar del todo su responsabilidad”.
Un perro libre, listo y protector
Capote repasó con nostalgia cómo eran las costumbres caninas en aquella época: perros amarrados durante el día, que se soltaban por la noche para recorrer libremente las calles del pueblo. “No había tráfico, no había peligro”, recordó.
Draque no solo era libre, también era extraordinariamente inteligente. Su padre, explicó, lo enseñó a nadar desde el muelle, lanzándose al mar a la orden para luego ser enjuagado en un chorro de agua junto a la parada de taxis. “No necesitaba pesticidas, se daba sus propios baños. Era un perro limpio y obediente”.
En una anécdota que emocionó al propio Capote hasta las lágrimas, relató cómo, siendo ambos niños, su padre le pidió a Draque: “¿Dónde está Juan Francisco?”. Sin más instrucción, el perro bajó escaleras, cruzó la casa y lo encontró, sujetándolo suavemente por la muñeca para llevarlo hasta su dueño. “Aquel día entendí que Draque no era solo un perro. Era familia”.
Sobre los perros pastores y su inteligencia
Capote también aprovechó su espacio para reivindicar la inteligencia del pastor garafiano, una raza muy ligada a la tradición ganadera de la isla. “Los perros más listos son los de pastoreo. No se trata de cazar, ni de ladrar: se trata de guiar, de pensar, de adaptarse. Eso requiere un tipo de inteligencia distinta”.
Comparó la labor de estos perros con la de otras razas como el border collie, al que calificó como “un perro que ya nace enseñado”, aunque reconoció que con las cabras su trabajo se complica, porque “las cabras no se agrupan como las ovejas, sino que se dispersan, y ahí hace falta calma y temple”.
Un espacio para la emoción, la ciencia y la memoria
Con esta serie de relatos, Capote busca no solo compartir sus vivencias, sino acercar a la audiencia al mundo animal desde la emoción y la memoria, sin perder de vista la divulgación científica y etológica. “Es mi forma de decir que los animales no son solo compañía. Son parte de lo que somos”, concluyó.
La sección continuará cada viernes en COPE La Palma, prometiendo nuevas historias que entrelazan ternura, saber y raíces.
