“Queremos ganarle esta batalla al volcán devolviéndoles el colegio a nuestros hijos”

Tres años y medio después de la erupción, las familias del CEIP La Laguna siguen esperando la reconstrucción de un centro que es símbolo y raíz del barrio.

En La Palma, el tiempo pasa y las promesas no se cumplen. Así lo sienten las madres y padres del CEIP La Laguna, en Los Llanos de Aridane, que continúan a la espera de que se reconstruya el colegio destruido por la erupción volcánica de 2021. “Queremos ganarle esta batalla al volcán”, clama Nohely Fernández, representante del AMPA del centro, que denuncia la parálisis administrativa y el exceso de anuncios sin hechos concretos.

Aunque la lava fue retirada hace tiempo y la calle reabierta, el proyecto de reconstrucción sigue estancado. Las familias no han tenido acceso al diseño del nuevo centro, que supuestamente está en fase de revisión, ni existe aún una fecha para la firma del convenio entre el Gobierno de Canarias y el Cabildo, paso imprescindible para poder licitar las obras.

“El convenio está revisado y listo por parte del Cabildo. Solo falta que el Gobierno de Canarias ponga fecha y firme”, lamenta Fernández.

Tres cursos desplazados y sin horizonte claro

Mientras tanto, el alumnado se ve obligado a estudiar fuera de su entorno. El colegio provisional se ubica en el centro de Los Llanos, lejos del barrio, lo que ha afectado no solo al alumnado, que depende del transporte escolar, sino también a la vida comunitaria. “Los niños ya no pueden hacer actividades en el barrio por la tarde, porque están lejos del colegio”, explica Fernández.

El centro educativo no era solo un espacio de formación, sino también de encuentro para las familias y vecinos del barrio. Su pérdida ha supuesto otro golpe emocional, tras el drama de las viviendas sepultadas por la lava.

Pintar para volver: una expresión de nostalgia y esperanza

La semana pasada, los alumnos de cuarto de primaria participaron en una actividad artística titulada Pintar para volver, donde plasmaron sus recuerdos y emociones ligados a su antiguo colegio. Una iniciativa cargada de simbolismo que refleja el deseo común de recuperar, aunque sea en parte, lo que el volcán les arrebató.

“No podemos devolverles sus casas, pero sí el colegio donde empezaron. Sería un acto muy bonito para ellos”, afirma Fernández con emoción.

Las familias no entienden por qué, después de tanto tiempo, no se ha avanzado más allá de los anuncios. “Que dejen de anunciar y empiecen a reconstruir. Que firmen, al menos, ese papel”, pide con firmeza la portavoz.

Una llamada urgente a la acción

Desde el barrio de La Laguna, los vecinos lanzan un mensaje claro: ya es hora de pasar de las palabras a los hechos. La reconstrucción del colegio no solo es una necesidad educativa, sino también una pieza clave para restaurar el tejido social de un barrio que aún busca recomponerse.

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