El Gobierno de Canarias apuesta por desaladoras y reutilización del agua para afrontar la crisis hídrica en La Palma
En una reciente entrevista concedida a COPE La Palma, Marcos Lorenzo, viceconsejero de Cohesión Territorial y Aguas del Gobierno de Canarias, abordó las medidas que se están implementando para afrontar los problemas de conductividad del agua en la isla, agravados tras la erupción volcánica.
Lorenzo destacó que el Consejo Insular de Aguas ha tratado la instalación de cuatro desaladoras portátiles, cada una con una capacidad de producción de 2.500 metros cúbicos diarios. Dos de estas unidades serán de carácter privado y las otras dos públicas, financiadas respectivamente por el propio Consejo Insular de Aguas y la Consejería de Agricultura del Gobierno de Canarias. “La manera de poder aprovechar el agua de los pozos es mezclarla con agua desalinizada, que tiene una conductividad mucho menor”, explicó el viceconsejero.
El aumento significativo de la conductividad en los pozos de la zona oeste de La Palma tras la erupción es un problema documentado por diversos estudios. Según Lorenzo, esta situación ha obligado a buscar soluciones que permitan garantizar un agua de riego de calidad, combinando el agua de los pozos con la producida mediante desalación. “Las conductividades actuales superan los 1.000 micro Siemens, mientras que el agua desalinizada se encuentra por debajo de los 500”, detalló.
Además de la desalación, el Gobierno también está explorando la posibilidad de reaprovechar el agua procedente de las dos depuradoras comarcales más importantes de la isla, ubicadas en Breña Baja y en Los Llanos de Aridane. En este sentido, se está desarrollando un proyecto de casi siete millones de euros en la zona del Barrial, en la parte alta de El Paso, con el fin de canalizar y depurar estas aguas residuales. Esta iniciativa no solo permitirá aumentar la disponibilidad de agua depurada para el riego, sino también mitigar un posible problema de contaminación del acuífero en la zona.
Lorenzo hizo un llamado a la responsabilidad y a la planificación ante los desafíos del cambio climático y el incremento de la demanda hídrica. “Aunque pueda parecer que tenemos más agua porque crece la hierba y el clima es más fresco, no podemos dormirnos en los laureles”, advirtió, insistiendo en la necesidad de prepararse para el futuro con una gestión eficiente y sostenible del recurso hídrico en La Palma.