La Radio, Gigante en la Emergencia

Qué gran lección nos dio ayer la radio. Esa radio analógica, viva, cercana a la gente, que no entiende de apagones ni de ceros energéticos. Cuando todo falla, cuando la electricidad se esfuma y las comunicaciones digitales se apagan, la radio permanece. Firme, constante, al pie del cañón.

En situaciones de emergencia, cuando el miedo y la incertidumbre se apoderan de la población, es la radio la que sostiene el pulso de la información. Es la que te cuenta, la que te explica, la que te acompaña en medio del caos. Sin necesidad de grandes despliegues tecnológicos, solo con la fuerza de las ondas y el compromiso de sus profesionales.

Ayer fue otra prueba de que, aunque cambien los tiempos, la radio sigue siendo esencial. Porque no solo informa: también abraza, calma y orienta. Qué grande es la radio, y qué importante es no olvidarlo.

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