FEPECO RECHAZA ROTUNDAMENTE LAS SOLUCIONES HABITACIONALES QUE SE ESTÁN EJECUTANDO EN LA PALMA: SON VERGONZOSAS E INDIGNAS

La solución constructiva adoptada, para resolver el problema habitacional, no representa al sector de la construcción local o canario, que se ha visto ignorado y ninguneado por los responsables públicos y funcionarios que han tomado tan erráticas decisiones.

Los contenedores, actualmente instalados, son recipientes de carga para el transporte de mercancías, no para hogares familiares y las casas prefabricadas de madera, no son precisamente una demanda mayoritaria en las islas. 

Los responsables políticos y funcionariales de este desaguisado, deberían ir a vivir a estos ‘contenedores’ y ‘casas de madera’, por lo menos, una pequeña temporada, para comprobar el error que han cometido.

La inexistencia de planificación en la urbanización e implantación de las ‘viviendas’ no hace más que acrecentar, a futuro, el problema social existente.  

Oscar Izquierdo, presidente de FEPECO, muestra su indignación por las soluciones habitacionales que ha puesto en marcha el Instituto Canario de la Vivienda, ICAVI, que son a todas luces deshonrosas para los afectados por la erupción del volcán. Es tal el despropósito que, si se hubiera querido hacerlo mal adrede, no podría haber salido peor. Desde la Administración Canaria, se han ignorado intencionadamente las propuestas realizadas desde FEPECO, que, desde la responsabilidad, ponía en valor las capacidades y potencialidades de nuestras empresas locales, para acometer una reconstrucción edificatoria sostenible y digna, adecuada a las necesidades y compromisos adquiridos con la población afectada. Deberían hacerse públicas, las motivaciones e informes, que avalaron estas pretendidas y fallidas ‘soluciones’ al grave problema habitacional existente, así como los responsables de la toma de decisiones al respecto.

A la mayoría de los políticos, se les llena la boca de ‘canarismo’, para a continuación ignorar y despreciar a las empresas canarias, buscando fuera lo que tenemos aquí, encima de mayor calidad y conocimiento de nuestra realidad. La política, como servicio público, en cuanto a resolver la urgencia habitacional, ha fracasado en La Palma, con una toma de decisiones errática, que no se han correspondido a las grandilocuentes promesas hechas desde el principio de la erupción del volcán, donde se prometía todo y después no se ha hecho casi nada y lo que se está ejecutando, sencillamente no sirve como respuesta digna y responsable a las necesidades existentes.    

No cabe, ni parece de recibo, que, tras más de un año de la atenuación del volcán, la urgencia habitacional siga justificando la indignidad e insensibilidad mostrada por algunos políticos, de toda índole y condición, con las familias afectadas. A pesar de contar con otras opciones de mucha mejor calidad y a un precio y plazo de suministro similar, se optó por contenedores marítimos reciclados, supuestamente transformados en viviendas para los damnificados. La urgente creación de alojamientos temporales o provisionales para las familias afectadas que lo precisaren, no justifica en ningún modo que éstos, no deban reunir unas condiciones de habitabilidad adecuadas y confortables, máxime, cuando la estancia prevista será prolongada durante muchos años.  

La falta de empatía, es decir, el sentimiento de identificación con alguien e indolencia de los responsables públicos, se pone claramente de manifiesto cuando se opta por la “indignidad ofensiva” frente a una “reparación habitacional digna”, ignorando de un modo, tan desconsiderado como vil, que las viviendas desaparecidas por la tragedia volcánica, constituían la base de la estabilidad y la seguridad de esas familiastras el esfuerzo de varias generaciones de trabajo y privaciones, como en muchos otros lugares de Canarias, y que en la mayoría de los casos, conformaban el centro de la vida social. Por mucho esfuerzo que se haga para justificar semejante ofensa, no se encuentra razón alguna que explique tal decisión, pues una vez que se conocen los costes de inversión y el tiempo trascurrido para su instalación y puesta en uso, las alternativas planteadas por empresas canarias, presentaban evidentes ventajas en cuanto a calidad, confort, habitabilidad, precio y plazo de implantación.

En cuando a las condiciones técnicas y urbanísticas, no se conoce justificación alguna sobre el grado de cumplimiento de la normativa que es de aplicación (Código Técnico de la Edificación y otros reglamentos, Ordenanzas y Normativa urbanística, condiciones de habitabilidad), parece que habiéndose ya constatado, numerosas irregularidades en relación con retranqueos, distancias y alturas mínimas dentro de una vivienda, inadecuado aislamiento térmico, acústico, condiciones y medidas contraincendios.

Mención especial se ha de hacer a la total inexistencia de planificación que justifique la adecuada situación de contenedores y viviendas de madera, incapaces de generar núcleos de población dignos de tal nombre, ante la carencia de equipamientos de barrio y espacios públicos, imprescindibles para poder desarrollar una vida social equilibrada. Hay que tener en cuenta que la supuesta ‘provisionalidad’ de lo hasta ahora ejecutado, sin duda permanecerá durante muchos años, como desgraciadamente suele ser habitual en casos similares; en consecuencia, se hace más necesario que nunca, exigir mayor sensibilidad social y responsabilidad pública, ante el problema habitacional y de reconstrucción general existente.  

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