Anelio Rodríguez, Hijo Predilecto de La Palma: “El mayor premio es el cariño”
El escritor y profesor palmero recibe con humildad una distinción que reconoce su trayectoria intelectual, su humanidad y su compromiso con la cultura insular
El Cabildo de La Palma ha distinguido a Anelio Rodríguez Concepción (Santa Cruz de La Palma, 1963) como Hijo Predilecto de la isla, en reconocimiento a su extraordinaria aportación a la cultura, la literatura y la vida pública insular. La propuesta, impulsada por el Grupo Socialista y apoyada unánimemente por la Junta de Portavoces, viene a subrayar la figura de un autor que ha sabido combinar su rigor académico con una vocación profundamente humanista y una constante entrega al pensamiento crítico.
En una conversación sosegada con Miguel Ángel San Blas en COPE La Palma, Anelio compartió sus impresiones tras recibir la noticia: “Estoy todavía en una nube. Me siento abrumado, pero muy agradecido por tantas muestras de cariño”, confesó. En tono cercano, relató cómo inicialmente se mostró reticente a aceptar el reconocimiento, convencido de que era “demasiado honor”. Sin embargo, como le dijo uno de sus interlocutores institucionales, “la juventud es algo relativo”.
Doctor en Filología Hispánica, profesor jubilado de Lengua y Literatura y autor de una obra vasta y diversa que abarca desde el cuento al ensayo, Anelio ha representado durante décadas una voz lúcida en el panorama cultural canario. Su compromiso con la verdad, la cortesía, la ética y el valor de la palabra lo han convertido en un referente más allá de su faceta literaria.
“Vivimos en un mundo de ruido, de gritos, de formas perdidas. Pero la cortesía no es solo la punta del iceberg; es el fondo. Cuando uno cuida las formas, cuida todo”, reflexionó.
La entrevista se convirtió en un viaje por los fundamentos que han guiado su vida y su obra: el respeto por la tradición, el valor de la educación, el peso de la experiencia y la necesidad de equilibrio entre optimismo y pesimismo. También hubo tiempo para hablar de escritura, de la banalización del término “escritor” y del riesgo de un mercado editorial saturado.
“Escribir exige horas en la sombra. Hoy se publica mucho, pero no todo tiene calidad. Y no basta con decir ‘yo soy escritor’. Hay que demostrarlo con trabajo y dedicación”.
Entre anécdotas y recuerdos, habló de su próximo libro, un ensayo “juguetón” sobre los mascarones y los enanos, y de su inolvidable aventura junto al científico Juan Francisco Capote para documentar la historia del domador de fieras Mr. Saba, origen de otro de sus libros más celebrados.
Rodríguez también reflexionó sobre el papel de la inteligencia artificial, la cultura digital, el periodismo y la política actual. Con un tono sereno, pero firme, defendió la política de cercanía y criticó la pérdida de nivel en los grandes parlamentos. “El poder corrompe. Cuanto más arriba se está, más se degrada. Yo siempre creí en la política local, en el concejal, el alcalde… gente que tiene los pies en el suelo”.
Durante el acto institucional en el Teatro Circo de Marte, su intervención no fue un simple agradecimiento: fue un manifiesto lleno de fondo, forma y verdad. Un discurso que resonó en el público por su autenticidad.
“El cariño es el mayor premio que puede recibir una persona. Y cuando se institucionaliza, se vuelve aún más abrumador”.
Anelio Rodríguez cierra un capítulo, pero abre muchos más. A pesar de su jubilación, continúa escribiendo, investigando, pensando. Como él mismo dice, “todavía me veo con muchos proyectos por delante, con muchos retos que me apasionan”.
Y si algo dejó claro en esta conversación, es que los clásicos —como los buenos vinos o las grandes películas— no envejecen, sino que ganan valor con el tiempo. Anelio es uno de ellos.