El Hospital Universitario de La Palma realiza un estudio sobre los efectos de la erupción volcánica en la población alérgica de la isla
· El estudio, que cuenta con el aval de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica, valora cómo ha podido repercutir la erupción volcánica en los síntomas cutáneos-rinoconjuntivales y bronquiales de los habitantes de La Palma
· La investigación, aún en fase preliminar, revela que el treinta por ciento de la población alérgica adulta ha tenido un empeoramiento de los síntomas bronquiales al cabo de los seis meses, mientras que el 10% de la población que inicialmente presentó síntomas cutáneos durante el proceso eruptivo, recuperó la normalidad al cabo de los seis meses
· Igualmente, el empeoramiento de los síntomas rinoconjuntivales registrados en un cincuenta por ciento de los adultos alérgicos, han vuelto a la situación basal pasados los seis meses
El Hospital Universitario de La Palma realiza un estudio sobre los efectos de la erupción volcánica en la población alérgica de la isla, cuyos resultados preliminares fueron presentados hoy por las especialistas en Alergología de los hospitales universitarios de La Palma y del de Gran Canaria Dr. Negrín, Zulay Almeida y Teresa Carrillo, respectivamente; el presidente de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica, Ignacio Dávila y la gerente de Servicios Sanitarios de La Palma, Mercedes Coello.
Los resultados preliminares del estudio, que cuenta con el aval científico y el apoyo de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica de la que son miembros las doctoras Alemaida y Carrillo, revela que el 30% de la población alérgica adulta y el 15% de la población alérgica pediátrica que estaba bien controlada antes de la erupción volcánica presenta empeoramiento de los síntomas bronquiales al cabo de 6 meses tanto en la zona de exposición alta como en la de exposición intermedia.
Este estudio prospectivo observacional, que se está llevando a cabo en distintas zonas de la isla, tiene como objetivo determinar cómo la erupción volcánica ha afectado a la patología alérgica de su población adulta e infantil. Para llevarlo a cabo, los especialistas han estratificado La Palma en 3 zonas diferentes; alta, intermedia y baja exposición, atendiendo a la intensidad de la exposición en función del índice de la calidad del aire.
La gerente del Hospital Universitario de La Palma, Mercedes Coello, ha destacado la importancia que tienen todos estos estudios que van a permitir monitorizar los cambios en la salud provocados por los efectos directamente atribuibles al volcán y conocer sus consecuencias a corto, medio y largo plazo, “lo cual, sin duda, marca un hito histórico en la medicina”, ha manifestado. Asimismo, ha recordado que en el Hospital se están desarrollando otros estudios clínicos con la colaboración de profesionales del SCS tanto desde Atención Primaria como desde la Hospitalaria para contribuir científicamente a investigar las posibles repercusiones de la erupción volcánica en la salud de las personas
Zulay Almeida señalo que los datos obtenidos en población adulta y pediátrica reflejan que los síntomas rinoconjuntivales se exacerban durante la erupción del volcán, presentando correlación directa al grado de exposición, con una recuperación casi completa al cabo de 6 meses. Además, puntualiza que “los síntomas cutáneos se exacerban en un 10% de la población de estudio durante el volcán, tanto pediátrica como adulta, y vuelven a su estado basal al cabo de 6 meses”.
Según la alergóloga del Hospital Universitario de La Palma, “estos datos nos permiten afirmar que tanto la afectación cutánea como la rinoconjuntival producida por la erupción volcánica no parecen tener consecuencias a medio plazo”.
Respecto a los síntomas bronquiales, la doctora Almeida añade que los resultados obtenidos hasta ahora son acordes a la evidencia científica previa a otras erupciones volcánicas. “Un 30% de la población que estaba previamente bien controlada ha empeorado su condición de salud al cabo de 6 meses y solo un 15% de la población pediátrica muestra este empeoramiento, que ocurre de forma similar en la zona de alta exposición y la zona de exposición intermedia; ello sugiere que se necesitan menores concentraciones de cenizas para afectar a la vía aérea inferior y que, independientemente de que el volcán haya sido declarado como apagado, seguimos estando expuestos a cenizas que se removilizan con el viento”. “El estudio a los 12 meses – concluye – nos indicará si esta parte de la población mantiene el empeoramiento registrado a medio plazo o, por el contrario, ha mejorado”.
Según explicó Teresa Carrillo, “la investigación contempla 3 fases diferentes: durante el proceso eruptivo, a los 6 meses y al cabo del año. Para ello, hemos utilizado cuestionarios diseñados ad hoc y otros validados tipo ESPRINT-ACT. Nuestro principal objetivo – prosigue – es evaluar el impacto que va a tener la inhalación de material particulado, tipo gases y cenizas, en la población alérgica de la isla, no en la población general, a corto y largo plazo”.
En opinión de Ignacio Dávila, presidente electo de la SEAIC, “impulsar y difundir la investigación sobre Alergología e Inmunología Clínica es uno de nuestros principales propósitos como sociedad científica ya que consideramos de vital importancia el desarrollo de la investigación en materia de salud y ciencia. Este ha sido uno de los factores que nos ha llevado a participar y avalar este importante estudio sobre la situación de la población alérgica de la isla de La Palma tras la erupción que, ahora hace un año, nos impactó a todos”.
El doctor Dávila también ha añadido que “la contaminación atmosférica es responsable de la muerte de millones de personas y representa el mayor factor de riesgo de mortalidad prematura en todo el mundo, además de ser un factor clave en el aumento actual de las enfermedades alérgicas”. El presidente electo de la SEAIC afirma que “las erupciones volcánicas constituyen una de las fuentes más importantes de gases tóxicos y material particulado como cenizas, humos y aerosoles en la atmósfera. Estas emisiones provocan efectos adversos en el medio ambiente, el clima y la salud de las personas expuestas”.